Estambul es una de las ciudades más fascinantes de Turquía y ha sido hogar de muchas civilizaciones a lo largo de la historia. Uno de los símbolos de esta ciudad fascinante es el Castillo de Rumeli. Situado en una colina que domina la magnífica vista del Bósforo, en la orilla europea, justo al norte del distrito de Bebek, este castillo da nombre a su vecindario circundante.
El Castillo de Rumeli fue construido entre 1451 y 1452 por Sultán Mehmed II del Imperio Otomano, antes de la conquista de Constantinopla. Tres grandes torres llevan el nombre de tres visires del sultán: Candarlı Halil Pasha construyó la gran torre junto a la puerta; Zağanos Pasha construyó la torre del sur; y Sarıca Pasha construyó la torre del norte. Esta estructura fue construida para asegurar el control del Bósforo como parte de la estrategia de conquista de Estambul por parte del Imperio Otomano.
En 1953, por orden del Presidente Celal Bayar, se eliminaron los barrios circundantes y se inició una restauración completa del Castillo de Rumeli. Esta restauración, llevada a cabo entre 1955 y 1958, ha devuelto al castillo su esplendor actual. Desde 1960, el Castillo de Rumeli ha servido como museo y como teatro al aire libre para conciertos durante los meses de verano.
El Castillo de Rumeli es una parada ideal para quienes desean explorar el patrimonio histórico y cultural de Estambul. El castillo está abierto al público todos los días de 9:00 a 16:30, pero cierra los miércoles. Mientras pasea por el magnífico edificio, puede observar de cerca la estrategia de conquista de Estambul por parte del Imperio Otomano y disfrutar de las impresionantes vistas del Bósforo.
El Castillo de Rumeli es una de las bellezas únicas de Estambul y una parte importante del patrimonio histórico de la ciudad. Al visitarlo, puede hacer un viaje al pasado en esta magnífica estructura y presenciar la fascinante historia del Imperio Otomano.